Las cosas cambian sin permiso de nadie
- Tere Bertucci
- 26 sept 2020
- 5 Min. de lectura
El otro día vi “On the basis of sex”, película basada en la vida de Ruth Bader Ginsburg (más bien sus primeros años de estudios y su primer gran caso que le permitió comenzar a modificar leyes que discriminaban basándose en el género). En una parte de la película, mientras se dirige a tres jueces de la corte suprema, les dice: “No les estamos pidiendo cambiar el país. Eso ya pasó sin el permiso de ninguna corte. Les estamos pidiendo que protejan el derecho del país a cambiar”.
Ahora, no sé si esa cita es real, si RBG realmente dijo eso. Pero el mensaje no deja de ser verdad. Los cambios ocurren, las culturas cambian y evolucionan, con permiso de “poderes supremos” o no. Muchas veces me encuentro con conversaciones en que se cuestiona el por qué se están modificando las formas de educar a les niñes, por qué la gente insiste en usar lenguaje neutral cuando la RAE no lo ha aprobado, por qué las mujeres estamos tan “rebeldes”, etc etc etc. Estos mensajes que quieren conservar el status quo están presentes constantemente, y siempre lo van a estar. ¿Por qué? ¡Porque el cambio da miedo! El no saber exactamente qué va a pasar ni cómo, desestabiliza lo que conocemos como la realidad, desestabiliza nuestras convicciones y nuestra identidad (porque además tenemos la costumbre de pensar que debemos ser consecuentes siempre, aunque nuestras ideas cambien). Entonces quienes luchar por el status quo se comportan como lxs “gatekeepers” (porterxs) de lo que es bueno y decente, de lo que es aceptable, y lo hacen con tal seguridad en sus convicciones que muchas personas realmente creen que se necesita su permiso para cambiar las cosas.
Pero resulta que las cosas cambian sin permiso de nadie.
Hace 15 años no recuerdo haber visto muchas series o películas donde los protagonistas no fueran blancxs, hetero y cis. O por lo menos donde no fuera tema. Donde hubiera parejas inter-raciales, donde hubiera una protagonista de cuerpo gordo o por lo menos no respondiente al ideal hegemónico de belleza. Hoy busco y encuentro películas con protagonistas latinas, afrodescendientes, asiáticas, queer, gordas. Comerciales que muestran mujeres en otro rol que no sea el de madre ni dueña de casa, personas con discapacidades viviendo una vida normal.
Hace 15 años la relación entre mujeres era retratada como tóxica en los medios, y se mostraba el amor romántico como único espacio seguro y de salvación, confirmador de valor e identidad. Hoy veo películas en que se muestran amistades femeninas incondicionales, mujeres que se levantan y aceptan entre ellas, mujeres encontrándose a a sí mismas fuera de una relación, con el apoyo de una comunidad que las quiere, sabiéndose valiosas por sus propios logros. La semana pasada vi comercial tras comercial en el cable, y me sorprendió y emocionó el esfuerzo que se está haciendo por cambiar los paradigmas del género, el cuerpo y la capacidad. Y llevo por lo menos 3 películas de netflix que me han dejado emocionada por el nuevo pool de heroínas que no tienen miedo a mostrar que la fuerza es también querer y derrumbarse y permitirse construir nuevas realidades, más allá del impulso egomaniaco de demostrar algo o estar por encima de otrxs sin sentir nada.
Hace 10 años cuando yo publicaba acerca del acoso callejero, era recibida con críticas, era tratada de intensa y complicada, me decían que me relajara. Hoy se da por hecho que eso es un traspaso de los límites personales y que no es aceptable.
Hace 20 años, donde crecí no había consciencia de que las personas podían responder a diferentes identidades de género (ni siquiera sabíamos lo que era ser transgénero o no binario), no había mención alguna del lenguaje expansivo de género. Y hoy muchEs usamos la E y la X, sin permiso de nadie (no necesitamos que nos digan que está bien usarlo para saber que está bien).
Hace años se asumía que si una mujer era abusada “se lo había buscado”. Hoy tenemos el “me too”, “time’s up”, movimientos feministas variados y expansivos, la sororidad entre mujeres y también hombres que cada vez se informan más respecto al tema y actúan como aliados.
Cuando yo estaba en el colegio, la educación sexual era heteronormativa y conservadora, y hoy hablamos de educación sexual integral, antes se asumía que lxs niñxs no entendían nada y que había que ordenarles qué hacer, hoy se da importancia a lo que sienten y piensan y se entiende que hay que tomar en consideración su opinión sobre su vida, sus decisiones.
Hace 10 años la mayoría asumíamos cosas sobre los cuerpos grandes y aceptábamos el IMC sin chistar. Se asumía que las dietas eran la solución. Hoy sabemos que lo que antes enarbolábamos como una bandera simplemente no es verdad y no responde a la fisiología corporal.
Hace años no se hablaba abiertamente sobre el racismo, y sin embargo se aceptaban los chistes racistas y permitíamos que hubiera discriminación laboral y rechazo sin profundizar en la conversación. Hoy (lamentablemente debido a hechos violentos) estamos hablando del tema, estamos intentando ser mejores, estamos reflexionando y dándonos cuenta de lo que hemos hecho mal.
Aún queda mucho por avanzar, obvio. Hay mucho dolor y mucha violencia en torno al racismo, aún existe misoginia, edadismo, gordofobia, queer-fobia, discriminación contra cuerpos con discapacidades, clasismo, aún hay muchas más oportunidades para la persona que es blanca, hombre, cis, “able-bodied”, de clase alta. Aún hay crímenes de odio, invasiones, guerras, ambición política y económica. Y debemos seguir conversando, y creando consciencia, y peleando porque las cosas sigan cambiando.
Lo que quiero decir es: El mundo cambia, lxs humanxs aprendemos y mejoramos, las situaciones evolucionan hacia donde deben evolucionar (y todo apunta a que evolucionan hacia un mundo donde todxs nos sintamos bienvenidxs y amadxs). A veces puede parecer que no, pero el cambio está ocurriendo. Creciendo lentamente, pero creciendo.
SIN EL PERMISO DE NADIE NI NADA.
No hay nadie que pueda detener los cambios, van a ocurrir de una forma u otra. Seguimos evolucionando y expandiéndonos. Y tú eres parte de eso, tú puedes con tu granito de arena ser agente de cambio para bien, independiente de tus creencias políticas o religiosas. Cada unx siembra las semillas y las riega, y por muy pequeñas que sean las semillas están y van dando brotes.
Ram Dass dice: “Si sientes que tienes que tomar una decisión, tómala!”, refiriéndose a que de todas formas las cosas ocurrirán y lo que vives -y vivimos colectivamente-es lo que debemos vivir, pero que podemos tener algún sentido de autonomía y de acción en el proceso para fluir con lo que se mueve. Para eso debemos permitirnos el perdonar nuestras conductas y pensamientos pasados, aceptar nuestra humanidad inconsecuente y abrirnos a aprender. Como niñEs.
¿Qué seremos, lxs “porteros”, o dejaremos que la vida y los cambios fluyan a través nuestro?
Un gran abrazo 💜

(dejo aquí imágenes de algunas de las películas, series y comerciales que me han ayudado a ver esto)
Comments